viernes, 5 de julio de 2013

Infantil. Lenguajes: comunicación y representación. Lenguaje y expresión verbal Aladino y la lámpara maravillosa

Autor. Adaptación del cuento popular

Hace mucho tiempo vivió en Persia un muchacho llamado Aladino.
Un día se le acercó un desconocido.
–¿Eres el hijo de Mustafá? –le preguntó.
–Sí, Mustafá era mi padre, pero hace mucho tiempo murió.
–Soy tu tío. Te he reconocido porque eres idéntico a mi hermano.
Te pareces mucho a tu padre.
El hombre explicó que había pasado mucho tiempo en el extranjero
y que se iba a ocupar de los dos, de él y de su madre.
–Mira, voy a mostrarte algo maravilloso –dijo el hombre.
Aladino y su tío se fueron a las montañas. El desconocido, de repente, dijo
unas palabras mágicas. La tierra tembló y ante ellos se levantó una gran losa
de piedra del suelo y apareció una cueva.
–Pero… ¡tú no eres mi tío! –exclamó Aladino–. ¡Eres un mago!
–Sí, pero… escucha atentamente. Ahí abajo hay numerosas riquezas.
No las toques, porque si no morirás; sólo coge la lámpara.
Antes de bajar toma este anillo, que te ayudará a volver hasta mí si te pierdes
ahí abajo. ¡Ahora, en marcha!
Así lo hizo Aladino. Cuando el mago le vio subir por la escalera le dijo
impacientemente:
–¡Vamos, muchacho! ¡Dame esa lámpara!
A Aladino la impaciencia del mago le pareció sospechosa.
–Aún no –le dijo Aladino–; cuando haya salido de aquí.
El mago se puso furioso y como castigo cerró la cueva, dejando dentro al
muchacho.
Aladino estaba aterrorizado pensando que no iba a poder salir de allí; sin
embargo, buscando comida en la oscuridad, frotó sin darse cuenta la lámpara
y surgió inmediatamente un enorme genio que le dijo:
–¿Qué es lo que deseas? Soy tu esclavo y haré lo que me pidas.
–¡Sácame de aquí cuanto antes!
La tierra se abrió y Aladino se encontró fuera de la cueva al instante.
A partir de ese momento, el joven y su madre no volvieron a pasar
necesidad.
Mientras, el sultán de aquel país buscaba un marido para su hija Luna.
Aladino, que estaba enamorado de Luna desde siempre, pidió al mago que
construyera un palacio enorme, lleno de riquezas. Seguido por un ejército
de esclavos se fue a ver al sultán. Éste le ofreció la mano de su hija y la
boda se celebró en pocos días.
El mago, desgraciadamente, se enteró de todo y comentó:
–¡Ah, miserable! ¡De modo que descubriste el secreto de la lámpara!
Pues ya puedes irte preparando. ¡Tengo un plan!
Un día, aprovechando que Aladino había salido de caza, el mago se
presentó en el palacio con un cargamento de lámparas nuevas:
–¡Cambio viejas lámparas por lámparas nuevas!
Una doncella del palacio, que no conocía los poderes de la lámpara, la
cambió pensando que a su amo le iba a encantar la idea. Así, la lámpara
llegó a las manos del mago.
–Te ordeno llevar este palacio y todo lo que contiene, incluyendo a la
princesa, muy lejos de aquí.
Cuando Aladino volvió, el palacio había desaparecido. Desesperado,
comenzó a vagar por la ciudad. No sabía qué hacer ni dónde buscar. Ya de
noche llegó a la orilla de un río, deseando casi que la corriente lo
arrastrase, cuando se dio cuenta de que tenía el anillo que le dejó el mago
y, de repente, recordó lo que le había dicho: «Este anillo te ayudará a
volver hasta mí».
Frotó el anillo y apareció un genio.
–Quiero que me devuelvas mi palacio –exclamó Aladino.
–Eso no está en mi poder –dijo el genio–. Pero te puedo guiar hasta el
mago si lo deseas.
Y, al momento, se encontró en el palacio. Allí estaban el mago
durmiendo y la princesa en su cuarto.
–¿Sabes dónde está la lámpara? –le preguntó Aladino.
–¡Esa lámpara que dices debe de ser una que lleva siempre el mago
metida entre sus ropas! –exclamó la princesa.
Aladino volvió a la habitación del mago y registró entre sus ropas hasta
encontrar la lámpara. Cuando la tuvo en sus manos la frotó y dijo:
–¡Genio, devuelve este palacio al lugar donde se encontraba y, de
camino, deja al mago en alguna isla desierta!
Una vez más el genio obedeció y, desde ese día, Aladino y la princesa
vivieron felices y en paz.

jueves, 30 de mayo de 2013

Con buena educación, todos vivimos mejor

Lo que he encontrado!!! y con música de mi época.
¿Qué os parece si hoy incluimos una actividad relacionada con la tolerancia?

Objetivo:
Aprender normas de saludo y despedida establecidas para una buena convivencia.

Dinámica:
Representar la canción Adiós, don Pepito de la siguiente manera. Los niños se colocarán en dos filas frente a frente. Una fila será don Pepito, otra don José. Una fila se adelantará cuando le toque el turno y luego volverá atrás.


Hola, don Pepito,
Hola, don José,
¿Pasó usted ya por casa?
Por su casa ya pasé.
¿Vio usted a mi abuela?
A su abuela yo la vi.
Pues adiós, don Pepito.
Adiós, don José.
Comentar por qué son importantes el saludo y la despedida. Cómo nos sentimos cuando los demás no nos saludan. Decir otras cosas que son de buena educación.

jueves, 23 de mayo de 2013

Esta semana hablamos y ponemos en marcha una actividad sobre la tolerancia

Cada niño guarda un tesoro dentro


Objetivo:
Valorar la riqueza de cada ser humano y rechazar cualquier tipo de discriminación.

Dinámica:
Leer el cuento Jorgito Gorgorito y realizar las actividades que se proponen a continuación.

Argumento:
Jorgito Gorgorito tenía tal potencia de pulmones, que cada vez que lloraba se rompían los cristales de las ventanas, los bomberos acudían a apagar el fuego, los guardias paraban la circulación y las fábricas cerraban. La voz de Jorgito era prodigiosa, pero los habitantes de Cantalapiedra y su alcalde no opinaban los mismo. Por eso aprovecharon un pequeño percance (el día de su cumpleaños, Jorgito apagó las velas con tanta fuerza que éstas salieron por la ventana y quemaron cuatro pueblos) para echarlo del pueblo. En la ciudad, el dueño del teatro de la ópera descubrió su talento. Jorgito se hizo famosísimo y dio conciertos por todo el mundo.

A) Contestar a las siguientes preguntas: ¿Qué le hacía a Jorgito ser diferente a los demás? ¿Creéis que la gente comprendía a Jorgito? ¿Cómo creéis que se sentía Jorgito cuando tenía que quedarse en casa y cuando le prohibieron cantar? ¿Alguna vez os habéis sentido incomprendidos como Jorgito Gorgorito?

B) Comentar la decisión de los cuatro alcaldes. ¿Creéis que actuaron bien? ¿Por qué?

C) Representar el cuento o hacer dos role-playing:

  1. Todos los niños hacen de Jorgito una vez: sopla las velas y los alcaldes, tirándose de los pelos, gritan a su alrededor: “¡Esto no puede ser!”.
  2. Jorgito sale a cantar una canción y todo el mundo le aplaude.
D) Decir casos donde no se respeta a las personas. Por ejemplo, cuando alguien se burla de un niño por llevar gafas o porque tiene otro color de piel. Cuando no se escucha a la persona que está hablando, etc.
E) Dibujar alguna escena del cuento.

Material:
El cuento Jorgito Gorgorito, de María Menéndez-Ponte. Ediciones SM. Madrid, 1997. Papel, lápiz y colores.

jueves, 16 de mayo de 2013

Os propongo un juego de orientación temporal

Estaba diseñando un juego para mayores con "problemillas" de ubicación temporal y se me ha ocurrido (seguro que no es original y que me suena de algo) que podemos hacer un concurso para los más pequeños de:


ORIENTACION TEMPORAL.
Nombre de la actividad:  y qué pasó después de …?
Capacidad principal: Orientación temporal.
Capacidad accesoria: Memoria. Agilidad de respuesta. Trabajo en equipo.
Desarrollo de la actividad: formamos grupos de máximo tres / cuatro personas que situamos en semicírculo a nuestro alrededor y les contamos un cuento (el de la Caperucita, que todos se conocen). Remarcamos muy bien las acciones y nos olvidamos un poco de la narración de espacios para que los participantes puedan distinguir lo que de verdad importa en esta actividad que es la sucesión de acontecimientos.
Una vez terminado preguntamos al primer grupo cuestiones como:
  • ¿Qué hizo Caperucita después de coger la cesta?
  • ¿Y después de encontrarse con el lobo?
  • ¿Qué hizo el lobo después de saludar a Caperucita? …

Si el grupo no responde o lo hace equivocadamente, salta al siguiente y así sucesivamente. Gana el que más respuestas acierta (o al menos lo intenta).
Material: cuentos populares.
Ubicación: la clase.

viernes, 10 de mayo de 2013

Es el primer día de clase y vamos a presentarnos.

Nombre de juego: Convoco a los Indios
Tipo de juego: de presentación.
Número de participantes: mínimo 6, máximo 20.
Edad/ curso: Desde 5 años.
Duración: entre 3 y 5 minutos (depende del número de participantes).
Espacio: interior.
Objetivos: Conocerse, crear buen clima, trabajar la desinhibición, el espacio, direccionalidad, atención...
Desarrollo: para empezar e ir adentrando a los niños en el juego, se les cuenta una historia de una tribu. Todos los jugadores se sientan en un círculo cerrado y uno queda en el centro, que es el que da la consigna (o retahíla; por ejemplo: convoco a los... que lleven gafas), y estos tienen que levantarse y cambiar de lugar, no se pueden quedar en el mismo sitio ni ir de derecha a izquierda. El del centro pasa a ocupar el lugar de uno de los participantes que se han levantado.
Material: ninguno.
Normas: el que está en el centro es el que va dando la consigna.
Retahíla: “Convoco a los indios e indias ...”.
Variantes: cambiar la consigna, la rehíla. Que los niños vayan cambiándola según les toque.
Observaciones: valores: tolerancia, colaboración, fuerza, rapidez...
Adaptaciones para NEE: ir en parejas (ciegos, sordos).

viernes, 26 de abril de 2013

Actividad P3 Aprender a pensar. Cada cual a su juego


La siguiente actividad tiene como objetivo recordar las responsabilidades y mantener el orden de los materiales entre todos. La idea es que los alumnos hagan un mural con las distintas tareas del aula y al final de la semana comprobar si todos han cumplido con su cometido.
Cada cual a su juego
Objetivo:
Recordar nuestras responsabilidades y mantener el orden y cuidado de los materiales entre todos.
Dinámica:
JUGAR A ANTÓN PIRULERO
Cada niño elegirá una tarea (coser, cortar, dibujar, manejar el punzón...). El profesor hará de madre: cuando se toque la nariz, todos los niños realizarán sus tareas. Cuando la madre realice la tarea de alguno, ese niño o niña tendrá que tocarse la nariz. El juego se llevará a cabo mientras cantan la canción: “Antón, Antón, Antón Pirulero, cada cual, cada cual, que atienda a su juego. Y el que no lo atienda, pagará una prenda”.
A) Entre todos hacen un mural pictográfico con las distintas tareas de la clase: ocuparse de que los juguetes queden recogidos, de repartir los cuadernos de trabajo, del material de plástica, de regar las plantas, etc. Y se hacen letreros en cartulina con los distintos nombres de los niños.
B) Al comienzo de la semana, a cada niño o niña se le asignará una tarea. Será el responsable.
Éste colocará su nombre al lado de la tarea que le ha correspondido. Al final de la semana, se verá si todos han cumplido bien sus tareas.
Material:
Cartulina y colores.

lunes, 8 de abril de 2013

Os propongo un juego de psicomotricidad


Tipo de juego: psicomotricidad.
Número de participantes: ilimitado.
Edad/curso: a partir de 3 años.
Duración: 15 minutos aproximadamente.
Espacio: interior o exterior.
Objetivos: desarrollar la coordinación óculo-manual, aumentar la destreza y la rapidez de acción, trabajar la lateralidad.
Desarrollo: colocamos a los niños en círculo. A uno le damos una de las pelotas y la llamamos “Bedor”, al siguiente, le damos la otra y la llamamos “Pompón”. A la señal de la profesora, se pasarán las dos pelotas en la misma dirección, intentando que Bedor pille a Pompón. Si una pelota se cae al suelo, la otra deberá seguir en movimiento.
Material: dos pelotas de goma espuma, a ser posible de distinto color, para denotar a “Bedor” y a “Pompón”.
Normas: Cuando Bedor alcance a Pompón pasará a ser Bedor el perseguido por Pompón.
Si alguna de las pelotas se cae al suelo la otra debe seguir en movimiento.
Retahíla: no tiene.
Variantes: cambiar la dirección en la que se van a pasar las pelotas e ir alternando para que los niños no se aburran. Cambiar el nombre de las pelotas.
Observaciones: velocidad de acción, concentración, descentración.
Adaptaciones para NEE: para niños ciegos, en vez de tirar la pelota, pasarla de mano en mano



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martes, 5 de marzo de 2013

Hoy no podemos salir a jugar al patio.


Aprovecho que es un día lluvioso, frío y con viento para publicar unos juegos muy sencillos que he encontrado y que encajan perfectamente con la meteorología. Espero que sean de utilidad.

Adivina quién te dio.
Un niño se pone de cara a la pared con una mano extendida a la espalda. Uno de los otros niños le da en la mano y el primero debe adivinar quién le ha tocado, si lo hace le reemplaza en la pared.
A esconder el pie.
Todos los jugadores se sientan con las piernas extendidas y cantan:   "La gallina ponicana pone un huevo a la semana,  pone uno, pone dos, pone tres, pone cuatro, pone cinco,  pone seis, pone siete, pone ocho, pone nueve, pone diez, la gallina ponicana te manda esconder el pie".
El niño al que le ha tocado el último verso, cumple la orden y esconde el pie, la siguiente vez se le salta hasta que les vaya tocando a todos.
Compañeros enredados.
Se hacen parejas que andan, saltan o bailan separados mientras hay música. Cuando la música para tienen que salir corriendo, agarrarse de las manos y sentarse. Se deben cambiar mucho los tiempos y se puede cambiar de pareja.
Los cubiletes.
Se ponen cubiletes, uno o más por alumno, (pueden ser vasos de yogur) por el suelo, los niños tienen los ojos vendados y una piedrecita en la mano.
A una señal se ponen a buscar los vasos. Cuando encuentran uno, meten la piedrecita y lo mueven para hacer ruido. El juego sigue hasta que todos tienen un cubilete.
Tapar la moneda.
Se pone un barreño pequeño con agua (no demasiada) y una moneda de uno o dos euros en el fondo, se les dan monedas de céntimos y tienen que intentar tapar la del fondo con las suyas.
¿De quién son...?
Escondidos detrás de una manta o biombo, algunos niños van mostrando a sus compañeros partes de su cuerpo: manos, pies, alguna prenda de ropa...
Los demás deben de adivinar de quien se trata.
Las flores del jardín.
Los niños forman varias líneas paralelas de flores, a cada fila se le da el nombre de la flor a que representan. El maestro sopla y el viento dispersa las flores. A una señal todos volverán a reagruparse. Se puede hacer con cintas de colores en el suelo.
La gallina y la mosca.
Se hace un corro y se cogen dos balones de distinto tamaño. Uno es la gallina y otro es la mosca. Los cogen dos niños que estén enfrente en el corro, a una señal empiezan a pasarlos a toda velocidad para ver si la gallina se come a la mosca o la mosca pica a la gallina según que balón alcance al otro.
La llave perdida.
Se dejan unas llaves u otro objeto en cualquier lugar de la clase. Los niños deben estar fuera y cuando entran la van buscando. Se les puede ir dando pistas. El que la encuentra es el que la busca la siguiente vez. El objeto no debe estar escondido.
Sillitas musicales.
Clásico juego en el que se ponen en corro tantas sillas como alumnos, se sientan todos, cuando suena la música se levantan y dan vueltas, se quita una silla, cuando para la música se tienen que sentar y el que se queda sin silla resulta eliminado. Se repite hasta que sólo queda uno.
Pasar la goma.
Se hacen filas de siete u ocho alumnos, al primero se le da una goma que debe tensar separando las manos, a una señal deben pasarla, sin que se destense, al siguiente de la fila. Al llegar al final de la fila el último levanta las manos con la goma tensada. Se puede complicar haciendo que el último pase a la cabeza de la fila y empiece otra vez la secuencia.
Toco y adivino.
Se hace un corro con un grupo de niños de tal manera que una sabana o manta les tape las piernas, se pasa un objeto por debajo sin que lo vean. Tienen que adivinar que es. Hay que procurar que no sea demasiado fácil.

viernes, 15 de febrero de 2013

¿Es posible decir más?

http://www.youtube.com/embed/7vs-H7xLnrs?rel=0

Os dejo un documento muy interesante. Cuando en los talleres de cuentacuentos los chicos me preguntan si es posible conectar con los adultos a través de las narraciones yo les digo que sí, pero además quiero que sepan que el cuerpo y el gesto expresan y que este grupo de chicos y chicas sordomudos lo hacen sin escuchar y, sobre todo sin hablar.